Querida mamá que tuvo una cesárea que no quería tener.
- Eli Rodriguez
- 9 abr
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 9 abr
Puedo imaginarme lo que podrías estar sintiendo dentro de ti. El mar de preguntas sobre si tu cuerpo te ha fallado o si esto afectará de alguna manera tu relación con tu bebé o tu lactancia.
Mas allá de darte respuestas genéricas basadas en la información que tenemos, quisiera que sepas que todos los partos son impredecibles y diferentes. Que nuestros cuerpos a veces no responden de la manera más ideal y a veces no hay forma de anticiparlo. Y que ante una condición de salud dada o de posibles riesgos ante la vida, no hay culpa que te pertenezca, aunque entiendo que puedas sentirlo así.
Por otro lado, si te has cuestionado tu capacidad para ser madre “porque no pudiste tener el parto que querías”, o si piensas que tal vez por haber tenido a tu bebé a través de la cesárea entonces no será igual el vinculo entre ustedes; déjame decirte que absolutamente no es así. Porque el vínculo entre tu y tu bebé trasciende las formas. No depende del tipo de parto que hayas tenido. Todas las mamás pueden vincularse con sus bebés de manera sana emocionalmente ya sea que hayan tenido un parto vaginal o una cesárea, ya sea que ofrezcan leche materna o leche de fórmula.
Te entiendo! Sé que en el mundo externo hay muchísima presión social sobre la maternidad, sobre poder hacer lo que nos dicen que “es mejor” o que “hay que hacer”. Y es muy fácil caer en la trampa de “alcanzar el estándar” que a veces la sociedad o a veces una misma se plantea. La frustración o la decepción o la culpa podría comernos vivas. Lo sé.
Quisiera que estas palabras sean un abrazo a tu corazón cuando digo que: no hay ninguna competencia en marcha sobre quien si logra hacer tal o cual cosa en su maternidad. No hay nada que debas demostrar sobre ti al mundo. No hay necesidad de probarte que puedes o serás capaz de ser buena mamá. Simplemente lo eres, simplemente lo serás en el día a día, sosteniendo a tu bebé, abrigándolo, cuidándolo con amor.
A veces quisiera tener una varita mágica para poder cambiar ciertas circunstancias dolorosas. Porque claro, seamos sinceras, a nadie le gusta pasar por situaciones adversas y a todas nos encantaría que las cosas siempre salgan como planificamos. Sería maravilloso. Pero la vida tiene sus formas de mostrarnos que no, que las cosas salen como salen y no como queremos que salgan, a veces. La cuestión es que cuando nos pasa algo que consideramos fuera del plan o negativo, tendemos a focalizar ese evento de manera que le restamos importancia o valor al resto de cosas que sí salieron bien o que sí funcionaron.
Miremos el panorama desde este otro lugar: tuviste una cesárea, pero eso no quita que igual viviste toda la etapa del embarazo con todo lo que en su momento implicó. Pasaste por el proceso, hiciste el trabajo físico e interno de gestar. Validemos tus sentimientos sobre la cesárea que no querías tener y tuviste, pero también no perdamos de vista el increíble trabajo que ya hiciste como madre durante la gestación.
Al final, el vínculo es precisamente eso, pasar juntos por experiencias diferentes y en el proceso fortalecernos más, acercarnos más, conocernos más. Así que sí, a pesar de que hayas tenido una cesárea que no querías tener, tú y tu bebé pueden seguir tejiendo su vínculo más fuerte que nunca. Nos queda sostenernos unas a otras, sabiendo que entre nosotras no hay ninguna competencia sino más bien, podemos ayudarnos a tener paz en medio de los desafíos que a todas nos toca enfrentar.
Con cariño, Eli.
Comentarios